Autor/es: Obed Juan Vizcaíno Nájera
Visto: 5701 veces
-No laves mis pies Maestro,
no lo merezco,
yo debo lavar los tuyos,
no Señor,
no soy digno-.
Quienes se creen dignos,
los limpios son inmerecedores,
los perfectos no necesitan
ser lavados,
los justos no necesitan salvación.
Si no te lavo no entrarás
en mi Reino,
no serás mi discípulo,
ni mi amigo.
Si no te lavo,
demuestras tu orgullo y prepotencia,
entonces no has entendido
que debes servir,
comprometerte con el prójimo,
ser solidario.
Si no te limpio nunca podrás
ser un siervo fiel,
te condenaras a ser ambicioso,
orgulloso e insensible.
Querrás ostentar el poder,
y buscaras estar a la derecha
o a la izquierda de los poderosos.
Si no limpio tus pies,
nunca sabrán a donde ir,
si no lavo tus ojos,
no podrás ver tu salvación.
-No me laves solo por fuera,
para que mi vaso no esté
limpio superficialmente,
externamente,
también limpia mi alma,
mi pensamiento y corazón.
Lávame Señor todo mi cuerpo,
mi espíritu inquieto,
lava mi vida,
que nada quede sin lavar en mí-.
Quien está limpio no necesita
sino lavar sus pies cansados
del camino,
agotados con la lucha diaria,
de recorrer rutas de solidaridad.
Cuan hermoso son los pies
de quienes anuncian
Buenas Noticias de Salvación,
Evangelio de libertad.
-Limpiame Señor,
cambia mi conciencia,
transformame,
aunque no me considere digno.
Lavamis pies,
quitame el polvo del camino,
debo continuar caminando
rutas de liberación,
y no detenerme jamás-.
Rev. Obed Juan Vizcaíno Nájera
Maracaibo - Venezuela
10 de Abril 2017.