-No laves mis pies Maestro,
no lo merezco,
yo debo lavar los tuyos,
no Señor,
no soy digno-.
Quienes se creen dignos,
los limpios son inmerecedores,
los perfectos no necesitan
ser lavados,
los justos no necesitan salvación.
Si no te lavo no entrarás
en mi Reino,
no serás mi discípulo,
ni mi amigo.
No hay recursos disponibles